La pareja tántrica deja a un lado su mente cuando hace el amor, lo que significa que se centra en el "sentir" del momento presente y abandona todo objetivo mental de tener que llegar al orgasmo. De esta forma, centrándose en la pura sensación del ahora sin tiempo, la pareja tántrica convierte el acto sexual en meditación y hace una celebración de sentir y compartir su propia energía y sensualidad. El orgasmo no es importante en el Tantra. A través de la entrega mutua, la pareja tántrica, llega a la experiencia de la fusión en el corazón. Apartando su mente, permite que la energía se eleve hacia el chakra del corazón y les lleve al éxtasis que se produce cuando uno se disuelve en el otro. La experiencia del Éxtasis Tántrico está más allá de cualquier tipo de experiencia orgásmica, siendo un estado continuo de dicha que transciende los esquemas de subida y bajada de energía propios de la experiencia del orgasmo.
