lunes

No soy todo…pero soy suficiente…


No es un viaje para cobardes, pues se necesita un enorme valor para adentrarse en las profundidades de una misma.Un viaje así requiere valor y confianza en que se recibirá la ayuda espiritual necesaria. Las mujeres emularon el viaje heroico masculino porque no había otras imágenes que emular; o la mujer tenía éxito en una cultura masculinizada o estaba dominada y dependiente como hembra. Curar la brecha que nos dice que lo que sabemos, que nuestros deseos y anhelos no son tan importantes ni tan válidos como los de la cultura masculina dominante. Esa brecha interna que nos dice que arrollemos los sentimientos, las intuiciones, y las imágenes de sueños que nos informan de la verdad de la vida.
Tenemos que tener el valor de convivir con la paradoja, la fortaleza para mantener la tensión de no saber las respuestas, y la voluntad de escuchar nuestra sabiduría interna y la sabiduría del planeta que suplica el cambio.La heroína tiene que convertirse en una guerrera espiritual. Esto exige aprender el delicado arte del equilibrio y la paciencia para permitir la lenta y sutil integración de los aspectos femeninos y masculinos de sí misma.
Cuando una mujer puede encontrar la valentía de saberse limitada y de darse cuenta de que es suficiente ser tal como es, descubre uno de los verdaderos tesoros del viaje, puede desligarse de los caprichos del ego y alcanzar las fuerzas más profundas que se hayan en el origen de la vida,
Puede decir:
No soy todo…pero soy suficiente. Entonces se vuelve real, abierta, vulnerable y receptiva a un verdadero despertar espiritual.
Las mujeres somos creadoras: damos a luz a nuestros pequeños y a los hijos-ideas de nuestros sueños. Las mujeres somos sanadoras: conocemos los secretos del cuerpo, de la sangre y del espíritu, porque son uno y el mismo. Las mujeres somos amantes: nos abrazamos con gozo unas a otras, a los hombres, a los niños, a los animales y árboles, escuchando con nuestros corazones sus triunfos y penas. Las mujeres somos alquimistas: desenterramos las raíces de la violencia, la destrucción y la profanación de lo femenino y transformamos las heridas culturales. Las mujeres somos las protectoras del alma de la tierra: sacamos la oscuridad de su escondite y honramos los reinos invisibles, porque sabemos que durante miles de años ser mujer ha sido/es habitar en esos reinos invisibles. Maureen Murdock
Y digo sobrevivir, porqué eso haces cuando te das cuenta de golpes que llegan tu vida, donde luego de unas lágrimas y mucha tristeza te levantas con la misma fuerza que pudo encorvarte, para así seguir el viaje de tu propia vida…aun no entiendo, ni pretendo entender como una mujer es capaz de dañar, juzgar o vociferar de otra mujer!


Lic.Alexandra V Oirdobro
No soy todo…pero soy suficiente…