domingo

Rios de Vida Viva...


Se sabe por ley de causa y efecto, que en todo existe una causa anterior, conocida o desconocida, velada o revelada, que determina tal o cual efecto y por acción multiplicadora, una mariposa por ejemplo, libando, alimentándose, iluminando una flor a través de sus colores y su actitud batiendo sus alas, o bien el aleteo de un colibrí, puede desencadenar una tempestad en el otro extremo del planeta.

El pensamiento lo hace también, todo va y vuelve en forma diversa. El pensamiento es una energía, una onda hertziana, que genera una vibración, un aleteo, un movimiento, una emotividad, por eso tenemos que comenzar a trabajar el pensamiento positivo, el cual no significa que este sea facilista o simplista.

El pensamiento positivo tiene que ver con auto afirmar el milagro de nuestra existencia, la posibilidad maravillosa que los seres humanos tenemos, de descubrir en esta vida, todas las que fueron necesarias para que cada uno de nosotros sea ahora.

Todo tiene un fundamento y el primer fundamento de todas las cosas lo tenemos que buscar en la naturaleza, creado por el Espíritu Supremo de la vida viva, lo que no conocemos, pero que es manifiesto totalmente en nosotros. Pues no somos aparte de la creación, sino parte y partícipes, y tenemos la posibilidad incluso de salir de este estado de cuasi consciencia y llegar a la conciencia Total y Plena. Cuando empecemos a manejar nuestra vida, con una realidad mejorada que trascienda, contactándonos con la auténtica libertad interior, ya que por diferentes motivos, unos inculcados, otros autoimpuestos, otros que devienen de memorias ancestrales, tenemos un estado de sujeción muy fuerte, y así fuimos perdiendo lo auténtico del sí mismo, es decir el estado originario.

Tenemos que volver a creernos, pero para eso tenemos que sabernos.

El ser humano no conoce su adentro, se percibe a sí mismo desde ciertos estados compulsivos, ya que la elaboración cuántica del verse a sí mismo, tiene un grado muy grande de subjetividad. Y llegar a aclarar quienes somos requiere un nivel de valentía, de auténtica sensibilidad y sinceramiento.

Mas esto es posible, fundamental es la fe y la esperanza.

El secreto es comenzar a tratarnos bien, sanamente, lo cual no significa imponernos cosas, sino más bien liberarnos de esa complejidad, que no nos permite entrar en una profundidad empática con todo lo creado.

Hay una extraordinaria posibilidad, en estos tempos, de despertar a las realidades superiores, superadoras estas, de nuestros estados conflictivos, para ello, cada quien debe trabajar su interno generando una fuerza motivadora, que como rías de vida viva, fluya a través de nuestros pensamientos y movilice nuestros dones y facultades, transformándonos en criaturas ávidas en conocimientos y con corazones abiertos.

Así, en las profundidades del sí mismo, desde el aparente silencio,

nos encontraremos, con las voces más puras y bellas del Amor,

en todo lo creado.

Oscar Carlos Badolato